Hace unos días de la celebración del Copenhagen Fashion Summit: dos días de charlas, debates, inspiraciones sobre moda sostenible y moda ética en los que se reúnen los principales agentes mundiales del sector.
El Copenhagen Fashion Summit se ha convertido en un referente dentro de los eventos del sector que analizan la evolución de la moda. Después de 10 ediciones, mira atrás para hacer balance: si al comienzo el tema de la sostenibilidad estaba muy lejos en la agenda de cualquier empresa o marca, después de diez años la conciencia y la sensibilización tanto de consumidores como de marcas han crecido mucho. Igual que ha crecido la voluntad de buscar algo distinto, de intervenir cada uno en primera persona en todo el proceso productivo, para dirigirse hacia soluciones que respeten nuestro planeta y a las personas que lo habitan.
Eva Kruse, CEO y presidenta del evento hizo hincapié en que tenemos que celebrar los avances realizados, pero sin perder de vista que estos no son suficientes para cambiar la situación, ni están ocurriendo a la velocidad necesaria.
Y continúa diciendo que el mundo de la moda es un mundo inmenso: está hecho de materiales, de inspiraciones, de volúmenes, de diseño, de maneras de ser o de sentirse; son todas cosas que lo alimentan y que lo enriquecen.
Pero su enorme crecimiento, dentro del sistema en el que vivimos, ha traido consigo unas consecuencias menos positivas: la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo. Contamina ríos, contamina el aire, las tierras y a menudo las condiciones de trabajo que se desarrollan para responder a producciones siempre mayores. No son justas y no respetan los derechos más básicos. Por otra parte, el sistema de producción actual, basado en la cantidad a un supuesto bajo coste, genera muchas más prendas de las que realmente usaremos, con los consecuentes residuos asociados.
El objetivo más grande y más ambicioso, es transformar las palabras en acciones y para ello cabe hacerse una reflexión. Moda sostenible, ¿que es? “Es simplemente moda, pero hecha en una manera consciente”, así lo define uno de los ponentes. La revolución tiene que empezar desde la gente, desde las decisiones de cada uno, para lograr un efecto global de colaboración en base a objetivos comunes: cada individuo puede hacer la diferencia con sus actos y decisiones de consumo consciente. Las marcas, por su parte, pueden cambiar la manera de producir hacia la sostenibilidad.
Nosotros, ponemos nuestro grano de arena con nuestro un de crear las prendas más ético y responsable.
Y vosotros, ¿estáis listos para elegir the consciouss way?